domingo, 3 de junio de 2018

Temporal de Cometas

Un amanecer que nace en tus labios,
un atardecer que se funde en tu pecho,
una luna que se esconde en tus muslos
y unas nubes que despejan el deseo
de tenerte conmigo
a cada momento.
Días y días y noches enteras
que espero en tu pecho a que pasen las penas,
que beso en tu cuello las dulces cadencias
de café y chocolate,
de limón y menta.
Meses y meses y semanas sin tregua
que espero en tus manos a que cesen las guerras,
que beso en tu rostro las tenues esencias
de té y vainilla,
de amor sin fronteras.
Pero amanezco en tus labios y duermo en tus piernas,
y el tiempo no pasa cuando tus ojos se cierran
o se abren como flores a la (al fin) primavera.
Pero atardezco en tu pecho y despierto en tus cejas,
y la vida se pausa cuando escribes poemas
o creás ritmos sin voz que (por fin) me liberan.
Y mil lunas ya hay entre tus muslos,
mil nubes ya formaron tormentas,
ya nevó entre tus dedos y hubo vientos de arena,
ya salió el sol en tu frente y sentí cómo quema
el fulgor de tus besos
que soltás con fiereza.
Ya pasaron inviernos
y días y días y noches enteras,
y semanas y meses y corredores sin meta,
pero, ¿Te digo algo?
por vos resisto una lluvia de estrellas,
por vos le escribo al temporal de cometas,
porque capaz el cielo se caiga
pero qué lindo le queda...

jueves, 10 de mayo de 2018

Reflejo, fantasma, autor

Reflejo de quién soy
(o será que soy un reflejo,
o será que soy más complejo
que un pronombre,
que un adjetivo,
que un género).
Reflejo de quién soy
en un lenguaje que escribo y aprendo
qué está mal
y qué es lo correcto.
Me reflejo y me creo
en forma de letra,
en forma de verso,
como si yo no fuera carne y hueso
sino solo "autor",
ese ser tan místico y pleno.
Soy autor de mi reflejo
y autorizo cada rima
a que diga quién soy,
a que me describa.
Soy reflejo de mi autoría
(y me proclamo reina,
me proclamo activa
en un mundo sin color
pero lleno de tinta).
Me designo persona,
me anuncio esencia,
busco una Musa y la invoco
como si yo misma no pudiera
escribir por mi cuenta.
Soy autor y me reflejo,
pero no me busques al pie de la letra:
buscame más allá
de lo que mi poesía conlleva.
Buscame en el ritmo,
en cada sílaba,
buscame en las tildes,
buscame en las citas
donde me cito a mí misma
(y me reflejo, egoísta)
y me regodeo, engreída.
Soy autor y tal vez sea reflejo
de un pronombre,
de un adjetivo,
de un género...
Pero capaz soy autor
y soy (y soy) verbo.
Y tal vez soy acción
y no reflejo nada,
o capaz soy solo ilusión
de ser y en realidad soy fantasma.
Pero los fantasmas no se reflejan,
pero los reflejos no hablan
y mucho menos escriben
sobre ser pronombre
o adjetivo
o verbo
o autor
de todo lo que me pasa...
Así que capaz no sé
quién soy
(ni qué soy,
ni si soy)
pero sé que estas rimas se escapan
y que no necesito ser reflejo,
ni autora, ni fantasma
ni invocar a la Musa
para rimar en palabras...

viernes, 13 de abril de 2018

Nuestra Historia

¿Cuántos amaneceres cruzaste
hasta encontrarme?
¿Cuántas vidas marcaste con tu esencia,
cuánto amante has dejado en la demencia,
cuánto beso has regalado por azar,
cuántos otros por calmar
la sed que te dio tanto buscar?
¿Cuántas rocas has levantado
buscando mi rostro,
deshilando mis rastros,
descifrando mis rasgos
en un puñado de tierra,
en un charco de barro?
¿Cuánta sangre has derramado
(no de enemigos,
más bien de hermanos),
para fundir tu mirada en la mía,
por convertir en poema tu trazo?
¿Cuántas noches has navegado
por vientos cálidos
(sé que has volado
por el desierto más salado,
por esos mares ya disecados),
cuántas noches te has desvelado
cantando al cielo tus tristes llantos,
y cuántas noches has dormido acompañado
de mujer soltera o de fiel soldado?
Ninguna.
Ninguna noche, ninguna vida, ninguna roca.
Créeme mi amor cuando te digo:
no fue tu travesía, no fue tu esfuerzo
lo que te trajo conmigo.
Hay algo más fuerte,
se llama Destino.
Porque aunque cruzaste montañas y valles y ríos,
porque aunque traicionaste hasta al más fiel amigo,
no fueron tus brazos, tu fe ni tu fuerza,
no fueron tus ojos oníricos,
no fueron tus pasos perdidos.
No fueron siquiera mis plegarias,
mis tardes de sol arrodillada,
no fueron mis oscuros hechizos,
no fue mi pecho blanco ni mis párpados fríos,
solo fue así... Como el Destino lo quiso.
Esto no es una historia de amor
ni de odio, ni de pasión.
Esto es nuestra historia, mi amor,
y es así como se escribió...

sábado, 17 de marzo de 2018

Luz de Luna

     Hace un tiempo fuiste inalcanzable, luz de luna, pero ahora te tengo. Ahora tu brillo ilumina mi rostro: cubre mis labios, mis párpados y mis mejillas. Ahora, en la más densa oscuridad, te veo. ¿Quién lo diría? Te busqué en los días de sol, me puse linda queriendo encontrarte en los prados o en la playa, pero en cambio te encontré en esta noche helada, en medio de los árboles del patio: ese rincón que de pequeña me aterró, pero que ahora es mi prisión de consuelo. Te encontré con los ojos nublados por el llanto, preguntándome "¿Qué hago?", sintiendo que mi pecho era una cajita que se cierra y no se deja de cerrar. Pero te encontré en medio de ese frío como un abrigo tibio, te encontré en medio de ese llanto como un hombro amigo, y te encontré sin saber aún que luego te convertirías en mi razón de sonreír por las mañanas y antes de dormir. Entonces te abracé y ya no quise soltarte...
     Como digo, hace un tiempo fuiste inalcanzable, luz de luna, vida mía, pero ahora yo diría que sos inolvidable. Increíble, insuperable, lo que todo cuento en los finales trae: felicidad pura y constante.
     Fuiste inalcanzable, y aún lo sos un poco, luz de luna, porque tengo que pararme en puntitas de pie para verte a los ojos. Y tenés los ojos más oscuros y a la vez más brillantes; juro que son inigualables. Son perlas de plata negra, son trozos de polvo de estrella, son mares del agua más calma después de las peores tormentas. Y tus manos son de esas que sirven para alzarme alto, para escribir poesía, y para seleccionar los sonidos que conformarán la mejor melodía. ¿Qué digo? La mejor melodía es tu risa: porque es pegadiza y tierna, espontánea y verdadera.
      Hace tiempo fuiste inalcanzable, luz de luna, bombón de beso, noches de ayunas. Pero ahora solo veo cómo la vida nos lleva: como la corriente más serena, sin prisa por llegar a la meta. Veo cómo el tiempo me despierta a tu lado, me sorprende en tus labios, me desnuda en tu pecho que desvisto con mis manos y revisto con mis besos. Ahora veo cómo el tiempo me encuentra soñando un futuro juntos, un eterno retorno que me devuelve a tus brazos, que me arroja a tu esencia de amores pasados, vicios dejados, poemas ocultos y un talento inhumano.
      Hace un tiempo fuiste inalcanzable, pero ahora sos indispensable, luz de luna. Te convertiste en el aire que respiro, en las rimas que escribo y en las canciones que tarareo en los pasillos. Te convertiste en lo primero que pienso al despertar, ya sea a media noche, a plena mañana o al mediodía. Ya sos lo que mis dedos buscan, tanteando entre las sábanas, y encuentran: tu piel cálida y morena, tus caricias suaves y tiernas. Te convertiste en lo que sueño, tanto dormida como despierta, y en mi motivo para desear cuando veo fugarse a una estrella.
      Fuiste tan pero tan inalcanzable, luz de luna, que pensé que no sería suficiente con estirarme. Entonces me hice una escalera con peldaños de bruma y pasamanos de plumas, y escalé las nubes, una a una, sin importar la altura. Subí, subí y pensé: "Esto ya no tiene cura". Me tenías enferma de amor, envuelta en plena locura. Por eso seguí subiendo, murmurando canciones de cuna... Y llegué.
      Recuerdo que llegué, y ahí sí me agarró la duda: "¿Y si en verdad es inalcanzable, y si es fría la luz de luna?". Pero llegué y me invitaste un café, y me hiciste preguntas. Y charlamos hasta que la noche se hizo día, y luego hasta que el sol se volvió a esconder. Ahí lo supe, y pensé: "Al fin te encontré".
       Mi luz de luna... Al fin te alcancé.

martes, 13 de febrero de 2018

Con vos quiero...

Pasar toda la vida
contando estrellas,
cantando rimas,
sintiendo el viento que sopla,
escuchar cómo caen las gotas
de esa lluvia inagotable y rota.
Y hacer de este universo
un paraíso de ensueño.
Pedir mil deseos
y cumplirlos todos, sin miedo.
Con vos quiero
no solo tu cuerpo:
quiero beso en paisaje,
risa de nervios,
verte de traje.
Con vos quiero
no solo amor verdadero:
quiero mirada en secreto,
tacto en desvelo,
quiero música de truenos
y de pájaros el vuelo.
Con vos quiero
no solo tu afecto:
quiero tu lado salvaje,
tu lado tierno,
ese rito sincero
de andar descalzos
en caminos de hielo.
Con vos quiero
no solo un momento:
quiero años de encuentro
entre mi espalda y tu pecho,
quiero siglos de historia,
que la cuenten nuestros nietos,
y sus hijos,
y sus suegros.
Con vos quiero...
Quiero seguir queriendo.
No parar de desear,
no dejar sueños
sin soñarlos despiertos.
Con vos quiero
no solo susurro,
no solo suspiro:
quiero cantar a todo pulmón
y a puro grito.
Con vos quiero
no solo dulce y placentero:
quiero pasar las tormentas,
quiero atravesar mil desiertos,
superar cada sismo
y despertarte en el cielo.
Con vos quiero...
Quiero seguirte queriendo.
Que me dejes cuidarte,
quiero amarte sin techo...

viernes, 18 de agosto de 2017

Escribo - Parte Dos

Escribo sobre renglones ondulados,
entre márgenes gastados,
con palabras que ni yo sé interpretar.
Escribo para corazones desgarrados,
mayormente enamorados,
para que al leerme aprendan a sanar.
Escribo para satisfacer un capricho,
por puro egoísmo,
y con tinta que no se puede borrar.
Escribo porque quiero y punto,
porque sigo un rumbo,
y porque juntas estas letras significan más.

jueves, 10 de agosto de 2017

Cómo decir "te extraño" en 15 tiempos

I
Las sonrisas de anoche
siempre son mejores
que las de esta mañana.
Porque anoche te tenía,
y ahora el sol moja mi ventana,
y ahora estoy sola en mi cama,
mirando al techo, pensando en nada,
o pensando en todo.


II
Y todo es tan grande,
tan grande que asusta,
tan grande que espanta.
Pero si miro a tus ojos,
las luces se apagan
y puedo respirar.



III
Y no sé
si lo de anoche fue magia,
o solo un sueño.
Tus besos en mi almohada,
tus risas en mi oído,
tus ojos gritando “Te amo,
pero solo por hoy…
Mañana es otra historia”.
Y mis manos queriendo sujetar
la noche, para que no se fuera
y te llevara consigo.


IV
Ay, pero qué tonta fui,
queriendo atrapar el tiempo
con las manos desnudas…
Todo el mundo sabe que es así
como se pierde la cordura.


V
Entonces me volví loca en verso,
loca en rima, loca y punto.
Y te escribí en todas las paredes,
en todos los papeles,
en cada esquina
y en cada curva de mi piel.


VI
Y mi piel te pedía a gritos.
Una blancura impoluta,
un lienzo sin brillo,
un cielo sin pintura…
Y mi piel te quería,
te añoraba,
te pedía…
Solo atiné a cubrirla
hasta que otro te reemplazase.



VII
Cubrí además mis ojos
para no verte lejos,
mis oídos
para no escucharte reír,
y mi boca
para no pronunciar tu nombre.


VIII
Era el nombre más lindo que hubiera oído,
y al pronunciarlo mis labios se fruncían:
un leve cosquilleo
seguido de una suave sonrisa.


IX
Pero el tiempo se lleva
lo que uno desea.
Ahora solo te tengo entre letras.


X
Cada letra es perfecta
y aún así
no logran llenar cada rincón de tu esencia…
Siempre queda incompleta.
Y ya no sé
si falta una coma,
un punto, una tilde;
si te escribo en vano,
o si podés oírme
cuando te llamo.



XI
Te he llamado con la voz
y con el alma,
pero no sirve de nada.
Creo que es un castigo,
que por algo me pasa.
Y capaz es mi culpa
buscarte en cada rincón de mi cama
y creer que algo de vos se esconde ahí,
en el olor de las sábanas.
Y capaz es mi culpa
estar obsesionada.



XII
La obsesión es como una llama
que arde y se consume,
pero nunca se sacia.
Así me siento yo:
insaciable,
desesperada.

XIII
Y me desespera escribirte,
pero no puedo hacer nada.
Si pongo un lápiz en mis manos,
tu nombre es lo primero que traza.
Quizá sin lápiz,
quizá sin rimas
pueda olvidarte.
Pero es como decirle a un ave
que no cante.



XIV
¿Te acordás
de la canción que cantabas?
Aún la escucho,
por si lo dudabas.
Cada nota es un rasgo tuyo
que se dibuja en la nada,
cada silencio entre ritmos
es en mi piel una lágrima.
Y si me callo aún puedo escuchar
tu voz, tan relajada.
Sin miedo, sin prisa,
eras pura calma.
Y si me concentro puedo recordar
cómo me mirabas.



XV
Era una mirada dulce,
eran iris de color,
eran pestañas gruesas,
era todo lo que en la noche me aterra,
era todo lo que mi mente desea.
Era calma pura
y adrenalina.
Era sueño en flor,
risas sin sonido,
besos sin suspiros…
Era hablar sin idioma,
discutir sin conflicto.
Y tu mirada era todo.
Ese todo grande,
tan grande que asusta,
tan grande que espanta.
Pero yo miraba tus ojos
y las luces se apagaban...
Y podía respirar.